En diciembre del 2001 y ante las necesidades de un país en plena crisis, Silvia Consevik junto a su familia decide mediante APAER (Asociación de Padrinos de Escuelas Rurales) apadrinar la Escuela 734 Ejercito de los Andes de Pampa del Indio.
En ese momento la escuela contaba con 35 niños de origen toba, hijos de una comunidad en la extrema pobreza quienes encontraban en la escuela sus únicas comidas diarias.
La escuela compartía en 3 aulas los 7 grados, sin cocina, ni luz, ni baños, ni útiles escolares, ni nada. Las cartas escritas por la directora eran un sinfín de pedidos y de necesidades básicas no cubiertas.
En el 2006 ante la posibilidad de instalar la energía eléctrica pensaron formar una ONG para poder realizar la ayuda en forma mas organizada y en un marco legal que permitieran sumar voluntarios externos al nucleo familiar y de amigos.